Se busca una mujer azul, lubrica y fatal.

Se busca una mujer azul, lubrica y fatal. Azul de isla pese a la historia de Picasso.
Se busca una mujer azul, ente digno – con cláusulas de relajamiento- que llueva y nos arrastre a todos al amor.
Los jóvenes, sabios en su herejía, saben que el cuerpo y la palabra se marchitan. Siempre respetemos a los jóvenes, son los que hacen las revoluciones, como Damaris, Sigfredo, Laura, Rubén… Retrato de un grupo que transformó la estética de una sociedad compleja.
Un golpe fuerte para quienes apenas nacíamos… Marimón, Zaldívar, Estévez, y tanta luz que por ahí se nos pierde. Algo que siempre gravita dentro de nuestras poesías. Los textos que murieron sin que los pudiéramos leer, sin que se pudieran leer.
La isla, creo, como todas las islas, deja un pedazo en ti. Por eso el odio y el amar viven su empate.
Me inclino ante esta luz que es vela, homenaje por Sigfredo.
Los ochenta trasformaron la esencia… Y uno, otro, todos abandonamos el silencio. Israel, Leymen, Yanira, Derbis, Nayris ... Nuestra Mae para todos los tiempos, como Norge y tantos... que somos hoy gracias a ellos.
Epigonales... Alguien quiso ofender con esa frase de oficina. Me gusta saber lo que soy. Epígono, alumno de esos que cambiaron lo estético.
Hugo Hodelín, hermano, por favor, perdónenme por demorar a Yola, Marielena, Lorente, Marimón... Perdón por un resumen...



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