Diálogos con Hugo (4)

Abel: Te escribo desde el silencio de mi cuarto. En ocasiones evoco el verso y trato de acercarme al fin de la palabra, como si yo fuera un sustantivo o un verbo que no sabe dónde colocarse. No soy más que ese ser estúpido que intentó ser poeta, pero eso es mi morral, mi carga, es la palabra melancolía cuando la tarde cae como un fardo pesado, mientras en la noche observo el plenilunio, donde la noche escapa, previendo el gris en la bahía, tratando de dominar el acero del mar, todo ha acontecido, la vida se esconde entre estas cuatro paredes, ahora no soy el escriba, la angustia de los pasos firmes que conducen a la nada.